Casos Clínicos Memoria Celular

B. S. 65 años, viuda

Llego desolada y desconcertada a la consulta después de recibir un informe que tenía que trasplantarse su hígado.
Ama de casa, después de toda una vida de intenso trabajo y una vida familiar muy complicada, con un esposo maltratador que no le hizo nada fácil criar a sus hijos y a sus nietos.
Ahora viuda donde podría estar tranquila (ese era su pensamiento) se encontraba con este problema de salud.
Se realizó una historia clínica y se planteó una terapéutica ordenada, buscando los nudos traumáticos para sanarlos.
Después de la segunda sesión y con unos cuantos ejercicios de selección de alimentos que debió aprender; fue evaluada y su hígado funcionaba casi a la perfección, restaba una pequeña inflamación que desapareció con el correr de los días.

D. N. 40 años casado.

Plantea en su llegada a la terapia una impotencia sexual que aparece así repentinamente.
Casado, en su primer matrimonio, tiene con su esposa 4 hijos.
Separado, forma otra pareja donde tiene dos hijos más.
Sin situación traumática aparente, y sin comprender los motivos de su impotencia, se siente muy triste y avergonzado con su esposa y también en el relato frente al terapeuta.
Se realiza una historia clínica donde no aparece ninguna situación traumática aparente.
Se realiza el primer protocolo y en 3 días comienza a sentirse diferente y con deseo sexual. Mantiene relaciones con su esposa y advierte otro problema de eyaculación precoz, realizamos otra terapia que concluye con éxito.
La situación traumática estaba tan escondida dentro de su información celular que hubiera llevado años de tratamiento con una terapéutica tradicional.
Hoy está muy feliz, gozoso disfrutando con su esposa.

Cualquier persona que tenga amor puede aprender Memoria Celular

J. C. L 58 años, viudo.

Llega a consulta con mucha angustia y dolor por la muerte de su esposa.
Una sesión de MC lo hace sentir mucho mejor, comprendiendo todo lo que implica la pérdida de un familiar tan cercano después de tantos años de matrimonio. A los pocos días entra en depresión profunda por la culpa que sentía de haber sido infiel durante mucho tiempo, aun cuando él creía que su esposa no lo sabía.
Revisando la historia de su padre y de su abuelo reconoce que repitió la historia de ellos y comprende el porqué de sus infidelidades.
Se trabajó sobre esto y sanó en su MC las situaciones traumáticas heredadas, para él y para que sus hijos no repitan esta historia de infidelidades.
Sanó con cuatro protocolos en total y hoy goza de tranquilidad y alegría tratando de recomenzar su vida de relación afectiva.

Ella quería que se abriera su ojo…en realidad había cambiado todo su Ser

H. M. 32 años, soltero.

Llega sesión con dos problemas puntuales que relata con total claridad.
Insomnio y ansiedad.
Realmente era muy notorio el tema de ansiedad, por su forma de hablar tan acelerado.
Estaba medicado con antidepresivo y ansiolítico.
Después de la primera sesión, a los tres días comenzó a dormir toda la noche.
Después del segundo protocolo volvió a su médica psiquiatra para pedirle que le quite la medicación que estaba tomando, quien al verlo tan bien accedió a su pedido y lo hizo paulatinamente como corresponde.
Hoy después de tres tratamientos goza de muy buena salud y bienestar.

M. S. 40 años. Divorciado.

Llega desolado, triste, plantea que su vida es un caos.
Recién abandonado por una pareja, la tercera después del divorcio con la madre de su hijo de 13 años.
La pérdida de su padre recientemente lo obstaculiza más todavía en sus emociones, y lo hace sentirse muy solo.
En la primera sesión descubre que un trauma infantil lo había dejado anclado en una edad que lo hacía sentir muy pequeño, un niño.
En tres sesiones recupera paz, tranquilidad y se siente muy relajado, bajando su terrible ansiedad y tristeza.
Realiza dos sesiones más y es dado de alta gozando de una alegría que nunca había sentido.
Esto demuestra que en muy pocas sesiones una persona recupera el equilibrio saludable y puede comenzar una vida diferente.