“Estoy disgustada por las diferencias”, me decía esa señora tan seria y correcta, tenía entonces unos 55 años, y desde hacía ya un tiempo se atendía conmigo.
Cuáles son esas diferencias, le pregunté…
Me dice: A mí todo me cuesta mucho, siempre peleando con el dinero, con lo que me falta, nunca pude estudiar lo que quería, me mandaron a corte y confección porque era mujer, y para la mentalidad de mis padres las mujeres debían estar en casa y los hombres trabajar para sostener el hogar.
En cambio, a mi hermano lo estimularon y lo obligaron a estudiar Ciencias Económicas (sin preguntarle nada), porque debía ganar dinero…era varón.
Sigue en su relato: Ahora él tiene dinero…mucho dinero…pero yo no veo feliz, lo veo exigido, angustiado, no para de trabajar, no disfruta nada.
Yo tampoco soy feliz, si bien tengo una hermosa familia, siempre ajustada con el dinero y haciendo malabares para subsistir.
Trabajamos con memoria celular pocas sesiones, sanando en su información celular la historia de pobreza de sus padres, las ideas confundidas de cada sexo y sus posibilidades.
Acomodamos toda la información errónea y poco a poco esta hermosa mujer sanándose encontró su veta y comenzó a soñar de verdad todo que había sido nada más que un sueño inalcanzable.
Hoy es artista plástica, expone y vende…no sólo vende, sino que sus obras son muy cotizadas a nivel nacional. ¡¡¡Ahora la han invitado a exponer en el exterior, su felicidad no tiene límites…brilla…sueña…goza!!!
Su última conversación fue…” Tengo que creerlo porque lo estoy viviendo” “Sé lo que siento” “Y también sé que la pintura y el arte me rescató” “Lo que más me rescató fue esta hermosa terapia que hice”.
“Sueña para vivir, y vive para soñar, ¡todo lo que sueñes un día será realidad!”
Con “Limpieza y re-programación de la memoria celular”
